domingo, 27 de febrero de 2011

Dulzaineros de toda la vida: Angel Velasco, "el ciego de Cigales"

Nacido en Renedo (Valladolid), Ángel Velasco es uno de los pocos antiguos dulzaineros que quedan, y uno de los que más meritos tienen.
Ángel sufrió un accidente mientras trabajaba en el campo por el cual perdió la vista. Tenía 16 años. Pero no fue un obstáculo para Ángel. Animado por sus vecinos, Ángel comenzó su andadura musical a los 20 años, aprendiendo a tocar la dulzaina, además de la guitarra y el laud, sin poderse ayudar del papel.
Su fortaleza le permitió hacer una vida como la de cualquier otro, entre el pueblo y la ciudad, formar una familia y compaginar dos actividades: vender el cupón de la ONCE y tocar en fiestas públicas y privadas, primero dentro de una rondalla y, quince años después, como dulzainero. “Salía de casa a las ocho de la mañana y regresaba a las ocho de la tarde, sin parar un segundo”, recuerda”. Se jubiló de su trabajo ‘oficial’ en 2005, pero todavía no ha conseguido dejar la música; los compromisos son muchos y el ‘veneno’ de la dulzaina y el tamboril no es tan fácil de curar. Por eso sigue estudiando, reciclándose, ensayando y “sacando la música de viejas cintas” que conserva en casa. Aunque el proceso es lento al no poder escribir, extrae la información con ayuda del laúd y la ‘traduce’ hacia la dulzaina. “Es difícil y a veces se me escapa alguna nota”, reconoce este músico verdaderamente vocacional.



Fuente: Artículo "Dulzainero de guardia. Angel Velasco, el ciego de Cigales" revista Argi.

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